Psicología de Encanto

Mi hija Elena me comenta frustrada que no entiende por qué Mirabel (la protagonista de la película Encanto) no tiene un poder mágico. Mi contestación: Mirabel tiene el mejor de todos los poderes. Te explico lo que le argumenté a mi frustrada hija.

 En estos días es difícil no encontrarnos algo relacionado con la película Encanto. La película no solo mereció un Oscar, sino que sobrepasó la popularidad de las canciones de Frozen con la ahora famosa canción de “No hablamos de Bruno”. Pero mi escrito no se trata de Bruno sino de Mirabel.

 Mirabel es la protagonista de la película Encanto a quien conocemos como parte de una familia Latina y muy querida por su comunidad. La familia Madrigal se distinguía porque a los 5 años, los hijos o nietos de esta familia descubrían cuál era su poder mágico. Mirabel, sin embargo, no descubrió ningún poder cuando fue su turno. Pero esto no pareció alejarla del amor a su familia y el deseo de ayudar. Se preguntarán entonces por qué le dije a mi hija que Mirabel tenía el mejor de los poderes. Se lo dije por que de verdad lo creo. Mirabel tenía el poder de manifestar lo mejor de cada persona. Mirabel tenía el poder de la psicología.

 Si prestas atención descubrirás que la película resalta como las interacciones con Mirabel resultan en cada personaje entendiéndose mejor y en ocasiones expandiendo su poder. Luisa, la prima con el poder de la fuerza física, descubre que la presión que le imponen le causa angustia y que está afectando sus poderes. Isabela, la hermana con el poder de crear espacios hermosos con flores, descubre que tiene el poder de crear cosas inesperadas, fuera de los esquemas que le han impuesto. Bruno, acepta su poder como algo de lo que no hay que huir.  Como si fuera poco, las interacciones con Mirabel resultan en un cambio profundo en el núcleo familiar que los transforma de forma positiva. El poder de la psicología, personificado por Mirabel, fue capaz de sacar lo mejor de la familia Madrigal.

 La película también revela algunas de las técnicas que psicología (digo Mirabel) utilizó para generar el cambio. Primero, la curiosidad y el deseo genuino de ayudar. Mirabel no tenía miedo a hacer preguntas, entender la historia de la familia y pedir distintos puntos de vista. Segundo, Mirabel destapó los secretos familiares. Su deseo de ayudar la llevó a buscar información que pudiera explicar los secretos que no permitían que la familia creciera. Aquí está la poderosa analogía de no hablar de Bruno que muchos han relatado. Igual que Bruno, nuestros secretos no se han ido. A veces hay que atreverse a mirarlos para poder crecer. Finalmente, Mirabel emprendió su búsqueda con apertura, sin juicio y con una mentalidad científica y humana.

 A mi hija Elena le gustó esta explicación, aunque no está totalmente convencida de que psicología cualifica como un poder. Igual nosotros a veces minimizamos el poder de hablar con alguien que nos ayude a descubrir nuestras fortalezas y enfrentar nuestras angustias. Por tanto, el llamado es a buscar nuestra Mirabel y abrir nuestros ojos al maravilloso poder de la psicología.

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