Predicador, Abogado o Político: ¿Cuál es tu Estilo?

“Debemos desarrollar el hábito de formar nuestras propias segundas opiniones”

                                                                                                                 Adam Grant

El psicólogo organizacional Adam Grant en su libro Piénsalo Otra Vez nos habla de los estilos que usamos para convencer a otros de nuestro punto de vista.

El primer estilo es el predicador. Este estilo utiliza la palabra para convencernos de su punto de vista. Su argumento puede incluir los beneficios de su punto de vista o las razones morales y éticas por las cuales su punto es el que debemos seguir.

El segundo estilo es el abogado o abogada. Este estilo debate el punto de vista contrario con argumentos que ayuden a la otra persona a ver las deficiencias que existen en su punto de vista actual.

El tercer estilo es el político. Este estilo nos convence de manera amistosa con favores o en ocasiones con estar de acuerdo con nosotros para buscar nuestro favor.

Piensa en un argumento que hayas tenido recientemente. Quizá el más cercano que tenemos es el argumento de la vacuna contra el COVID-19. ¿Utilizaste alguna de estas estrategias para convencer a otra persona de tu punto de vista? ¿Te identificas con algunos de estos estilos a la hora de convencer a alguien de un argumento?

Aunque la prédica hace falta cuando necesitamos inspirarnos, el abogado hace falta cuando necesitamos defender lo injusto y el político nos puede ayudar en situaciones sociales, hay un estilo que puede ser aún más beneficioso: El científico.

El estilo de científico se distingue de los otros por su apertura a la posibilidad de estar equivocado/a. Quienes actúan fieles al método científico saben que sus hipótesis no siempre resultan ciertas. De hecho, esperan los resultados para formular su opinión y están listos para cambiar de opinión si se les presenta nueva evidencia.

Según Grant, el estilo científico puede ser la clave para reunirnos con apertura a escuchar y entender puntos de vista opuestos. Asumiendo el estilo científico podemos prepararnos con preguntas que nos ayuden a entender opiniones y puntos de vista contrarios a los nuestros. Algunas de las preguntas pueden ser:

1.     ¿Qué información necesitarías para cambiar de opinión? – Con esta pregunta abrimos la puerta para escuchar qué información pudiéramos buscar, para entender las preocupaciones de las personas y para explorar las fuentes que para él o ella serían confiables.

2.     ¿Cómo llegaste a esa conclusión o cómo formaste esa idea? Realizar esta pregunta con el deseo genuino de saber, de conocer las circunstancias que hicieron que la persona desarrollara esa opinión. Esto se hace con mucho respeto y no es espíritu de minimizar la experiencia de otra persona.

Usar este tipo de preguntas puede ser mucho más efectivo para ayudar a una persona a ver un punto de vista distinto que simplemente predicar las virtudes de nuestro punto de vista.

¿Quieres ser una persona más científica ? Aquí algunas de las sugerencias del autor:

1.     Acostúmbrate a buscar opiniones y explicaciones diferentes a la tuya

2.     Practica celebrar o sentirte cómoda cuando no tengas la razón

3.     Rodéate de personas que se atrevan a llevarte la contraria (respetuosamente)

4.     Proponte aprender algo de cada persona que conozcas

Estas no son las únicas técnicas que podemos usar, pero son un buen comienzo. Si quieres conocer más de este punto de vista te invito a que leas el libro del Dr. Grant.

Nos vemos en el campo de las opiniones y espero que esto nos ayude para nuestra próxima conversación. Anímate y cuéntame si pudiste implementar alguna de estas técnicas. Búscame en Facebook o Instagram @PsicologiaTodoTerreno.

Grant, A. (2021). Think again: the power of knowing what you don’t know. New York: Viking.

https://adamgrant.net/book/think-again/

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